Alumno: Gastón Zarnicki Escuela Técnica Nro.24 “Defensa de Buenos Aires” de Villa del Parque.
Era una noche tan oscura, un martes 13 y un día de mala suerte para los que trabajan en el subte.
Cristian, un empleado que hace el mantenimiento de las vías, de repente escuchó una bocina de lejos y pensó que imposible que fuera la de uno de los trenes porque ya era muy tarde, casi de madrugada. Siguió con su deber de limpiador de vías.
Después de varios minutos, la bocina volvió a escucharse y se preocupó. Llamó a sus compañeros de mantenimiento y no lo atendieron.
Mientras caminaba limpiando, vio pasar sombras y empezó a alumbrar con la linterna. Después vio pasar una por el otro lado; dio la vuelta y le pusieron una mano en el hombro. Era de sus compañeros que le estaban jugando una broma en la oscuridad.
De repente vieron una luz en el fondo y se preocuparon. Empezaron a caminar hacia fuera del túnel pero cada vez se acercaba más a ellos. Se dieron cuenta de que era la boca del subte pero ya era tarde para irse. La boca del subte los devoró.
